sábado, 6 de febrero de 2010

HISTORIA - EL PERIODO DEMOCRÁTICO

Tras las primeras elecciones municipales democráticas de abril de 1979, algunos de los problemas y de las carencias más acusadas de Bonavista empiezan a resolverse con mayor celeridad. Sin embargo, durante este primer año la única realización llevada a cabo por el Ayuntamiento en el barrio es el Hogar de los Jubilados. Son meses bastante tensos entre el movimiento asociativo de los barrios y el Ayuntamiento, al radicalizarse la campaña de desobediencia civil propugnada por la Federación de Asociaciones de Vecinos, consistente en no pagar los recibos del agua hasta que no se municipalizase el servicio. La Asociación de Vecinos de Bonavista es la única que ha abandonado la campaña, en señal de apoyo al nuevo consistorio, habiendo llegado a conseguir meses atrás que cerca de la mitad de la población del barrio no pagase los recibos.
La Canonja, en el polo opuesto, ha conseguido una desobediencia del 90% de su población, gracias a la acción de propaganda de su Asociación de Vecinos, que utiliza esta movilización como medida de presión para conseguir la Entidad Local Menor.
Tampoco se presenta muy halagüeño el panorama para la educación, al descubrirse serias irregularidades en el recién inaugurado Colegio Nacional de Bonavista. Además, una agria polémica suscitada en torno al traslado del taller ocupacional de Subnormales de Bonavista, que venía funcionando en condiciones deplorables desde 1971, caldea más el ambiente. Al enterarse de la noticia de la nueva ubicación en el Bloque Júpiter de La Granja se producen fuertes reacciones y tensiones entre la comunidad de propietarios. El máximo impulsor del centro de subnormales en Bonavista denuncia con coraje el enrarecimiento de esta situación: «Mi conciencia de padre de un subnormal, fundador del centro-taller de Bonavista y conocedor del problema desde el principio, me dice que en este asunto se está manipulando la desgracia de nuestros hijos y la pena y espeso que llevamos los padres para sensibilizar a la opinión pública y centros oficiales hacia unos fines que no son precisamente los mejores» -añadiendo más adelante- «También preguntaría a los que escriben ciertos artículos tan románticamente conmovedores, que hasta nos quieren hacer llorar, ¿Qué han hecho estos señores desde que fundamos este taller en Bonavista, si es que merece tal nombre, por promocionarlo y mejorarlo?» («Diario Español»: Cartas al Director: Subnormales manipulados, por Juan Torres Mármol: 18-10-79, pp 2 y 4).

En 1980 el vecino pueblo de La Canonja está viviendo unos momentos efervescentes de recuperación de su pulso histórico. Desde el año anterior funciona una activa Junta Gestora de la Entidad Local Menor de La Canonja que negocia con el Ayuntamiento de Tarragona la recuperación de su autonomía municipal, arrebatada en 1964. Los nuevos límites territoriales que, se solicitan para La Canonja corresponden al «Término Parroquial», que abarca las industrias situadas al sur de la carretera de Valencia y excluye el barrio de Bonavista. Ante esta situación, la Asociación de Vecinos de Bonavista presenta una reclamación oficial en la que exige ser parte activa en las negociaciones y denuncia la intención de marginar al barrio. La cuestión de fondo en todo este proceso es el temor de la población autóctono de La Canonja a verse absorbida por el barrio de Bonavista que dobla su población y está formado en su mayoría por inmigrantes. Al cabo de tres, años, la Entidad Local Menor de La Canonja fue reconocida oficialmente, aunque con un término municipal reducido a su mínima expresión.

La solicitud de ampliación de la empresa Dow va a servir de excusa para la ordenación de la gran industria, mediante un plan parcial que es aprobado provisionalmente por el Ayuntamiento durante este año. Su contenido es de vital importancia para las poblaciones lindantes a la zona de la gran industria, con mayor riesgo ante posibles catástrofes y con un alto índice de contaminación atmosférica cotidiana, como son La Canonja, Bonavista y Torreforta, pues preveía, entre otras cosas, la creación de zonas verdes de protección. Con posterioridad, el plan fue recurrido por las industrias afectadas y ha quedado bastante desnaturalizado, habiéndose iniciado tan solo, a modo de sucedáneo, el Plan de Seguridad de las Químicas de Tarragona (PLASEQTA).

En el campo educativo es de resaltar la creación del Centro de Formación Profesional de Adultos, dentro del «Juan XXIII», que pretende el perfeccionamiento y la formación de trabajadores de la rama de químicas. A otro nivel, el Ayuntamiento inicia una campaña de educación permanente de adultos en los barrios; hay que tener presente que en Bonavista se registra el más alto índice de analfabetismo, siendo el 31 % de su poblaci6n. Por otro lado, al agudizarse las deficiencias de construcción en el Colegio Nacional de Bonavista, padres y maestros, sensibilizados por el desastre de Ortuella, deciden suspender las clases hasta que no sean reconocidas oficialmente las condiciones de habitabilidad del edificio.
Con motivo de la conmemoración del Día de la Constitución, a finales de 1981 se inaugura la nueva Plaza de Bonavista. Los vecinos se hallan satisfechos del nombre de Plaza de la Constitución con que se bautiza, «porque nos cabe el orgullo de haber sido los primeros, anticipándonos al resto de los barrios y a la capital, en rotular una vía urbana con un nombre tan significativo y con tanta resonancia». En efecto, el acto tuvo una significación simbólica especial para un barrio que se había destacado en toda su historia por su lucha en favor de mejores condiciones de vida. El proyecto de la Plaza de la Constitución tenía prevista su prolongación urbanística, a modo de «Rambla», pero ha sufrido serios contratiempos al hallarse construida una manzana de viviendas en plena zona verde. Los vecinos de estas viviendas sufren en su calle la carencia de los servicios municipales mínimos, al estar conceptuadas como ilegales, problema grave que se deriva de épocas anteriores, de especulación desenfrenada.
En 1982 se vuelve a agravar el problema de la escolarización, debido a que la capacidad de la nueva escuela ha quedado desbordada. La Asociación de Padres reivindica un nuevo colegio, así como un comedor escolar que considera urgente, debido a la grave situación de paro que se detecta en el barrio según una encuesta realizada a tal efecto. A finales de año, la Caja de Ahorros Provincial de Tarragona cierra el Centro Social del barrio, poniendo fin al trabajo de promoción que han llevado a cabo dos asistentes sociales durante catorce años. Las quejas de las diversas entidades del barrio ante la desaparición de un centro tan necesario y de tal prestigio, harán que el Ayuntamiento, se haga cargo de él al año siguiente.
En abril de 1983 el Ayuntamiento aprueba la Revisión-Adaptación del Plan General de Ordenación Urbana. Su ejecución es importante porque prevé la integración de los barrios entre sí y con el centro de la ciudad, mediante la creación de una red varia de intercomunicación. Para barrios como Bonavista esto puede suponer paliar la situación de aislamiento geográfico en que se encuentra.
Tras varios años de perseguir una dotación de equipamiento cultural mínimo para Bonavista, la Comisión de Cultura de la Asociación de Vecinos consigue abrir la primera Biblioteca Pública en noviembre de 1984. Esta biblioteca tiene un carácter provisional, en espera de la que instale la Generalitat cuando se construya el proyectado Centro Cívico. Otra iniciativa de interés es la promoción de una emisora en el barrio destinada a desarrollar experiencias pedagógicas que se dirijan sobre todo a la enseñanza de adultos y a la dinamización pedagógica en todos los niveles escolares. Estos esfuerzos se plasman a partir de las fiestas de agosto de 1985, en que se inaugura «Bonavista Radio», emisora municipal que complementa su programación escolar («Ona Escolar») con otra de carácter cultural y musical.
Según una encuesta realizada por el Ayuntamiento sobre la población de Tarragona en 1985, el 60% de los habitantes del centro desconoce los barrios. Bonavista es a pesar de ello el barrio más conocido por los Tarraconenses, debido a la atracción multitudinaria que supone el mercadillo tradicional de los domingos. En esa línea de dar una nueva imagen del barrio, la Unión de Comerciantes de Bonavista, nacida ese mismo año, trata de atraer a una clientela foránea.

1 comentario:

  1. Hay una historia de Bonavista oficial que, aunque redactada por personas de buena fe, como es la de J.J. Pujadas y F.Bardají (por no decir la única), no refleja sin embargo la penuria y el sentimiento de desprecio y de rechazo que los habitantes de este barrio tuvimos que padecer durante los primeros años.
    Esa historia todavía está por escribir y solamente la sabemos los que fuimos protagonistas de aquellos durísimos comienzos.

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