viernes, 15 de enero de 2010

HISTORIA - EL GRAN CRECIMIENTO

En 1965, con una población siempre en aumento, un grupo de quince vecinos toma conciencia y comienza a presionar al Ayuntamiento de Tarragona, a la empresa Gasol -que detenta la concesión en exclusiva de la línea de autobuses -y a las entidades oficiales, para conseguir unos servicios mínimos. Estas presiones se acompañan de escritos enviados a la prensa. Uno de los frutos de esta lucha sorda, entre clandestina y abierta, es el establecimiento del primer servicio de recogida de basuras, por temor a una epidemia de cólera i En este año, se construye la Iglesia y se gestiona la consecución de unos terrenos para construir un edificio destinado a escuela, pero debido al rápido aumento de la población sigue sin solucionarse el problema de la escolarización.



En 1966 la población de Bonavista ha sobrepasado ya los 3.500 habitantes. El problema del agua se agrava al estropearse una bomba de extracción, instalada de forma provisional para el abastecimiento del barrio. Los vecinos tienen que desplazarse a La Canonja a buscar agua. Al final, se instalan unas fuentes de agua potable -cuatro en total, distribuidas por todo el barrio- por obra no del Ayuntamiento, sino de la empresa AITASA que suministra agua a la petroquímica. Esta compañía accedió a colocar las cuatro fuentes porque sus tuberías pasaban por el barrio. En estas fuentes se formaban largas colas y algunos vecinos las utilizaban para enlazar sus mangueras para la construcción de sus casas, siendo esto la causa de continuas disputas. Como lo cuenta un vecino: «(...)y allí se pasaba uno las horas muertas, esperando su turno..., peleas de mujeres, peleas de hombres. Aquello era el tinglado padre. Yo mismo me iba a buscar el agua a las 12 o 1 de la noche porque si iba a las 3 de la tarde, sabía que no volvía hasta las 8. A lo mejor te tocaba en la cola delante tuyo a un señor con dos bidones de 200 litros, porque el agua aquella la comerciaba. Y tenías que aguantar madera, de una fuente que tiraba tres litros por minuto».


Durante este año, fue tan rápido el crecimiento urbano de Bonavista, que se presionó al Gobernador Civil para que se paralizase de inmediato la venta de solares para construcción, hasta que no quedaran satisfechas las mínimas condiciones de salubridad, pues el barrio amenazaba en convertirse en un peligroso foco de infecciones. El número de viviendas de autoconstrucción había sobrepasado las cuatrocientas y el Gobernador no tuvo más remedio que acceder a estas presiones y así es como, lentamente, se empezaron a realizar algunas obras tendentes a la mejora de las condiciones de vida. A finales de año, el Ayuntamiento toma en consideración el estudio de un Plan de Necesidades Perentorias para el Barrio de Bonavista, basado en los puntos siguientes: plan general de ordenación del abastecimiento de aguas, proyecto de instalación de una central telefónica, establecimiento del servicio de policía municipal, gestión para que los coches de línea llegasen al centro del barrio, mejora del servicio de recogida de basuras, creación de una Alcaldía de Barrio, así como el proyecto de creación de una Asociación de Vecinos y, por último, la instalación del alumbrado público.


El servicio de transporte público de esta época era muy deficiente, lo que contribuía a agravar todavía más la situación de aislamiento de Bonavista. Consistía en una línea privada de autobuses que tenía la concesión en exclusiva del trayecto La Canonja-Tarragona. Su horario se restringía nada más que a doce horas (de nueve de la mañana a nueve de la noche, con una frecuencia de una hora) y no se correspondía en absoluto con las necesidades más primarias: el traslado de los obreros al lugar de trabajo. Había otras formas de transporte como las furgonetas particulares, especialmente utilizadas por las mujeres los jueves para ir al mercado de Tarragona. Las bicicletas y otros vehículos de escaso porte eran otros de los medios muy socorridos, hasta el punto que el Ayuntamiento se propuso, en vano, desviar este pequeño tráfico, particularmente constituido por vecinos de Torreforta y Bonavista, por el entorpecimiento que suponía para el tráfico general de la carretera de Valencia, tratando de rehabilitar el antiguo trazado que corría paralelo.

1 comentario:

  1. Hola a Bonavista, que curioso esta foto me ha echo recordar cosa simplespero que habia olvidado por completo, la parada de taxi que estava en la puerta del bar cordobes, gracias por recordarnos la memoria, un saludo.

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